El Brexit se niega a pagar 57.000 millones de deuda
Tras semanas de infructuosas negociaciones, sucediéndose las maniobras al más puro estilo de jugadores de póker profesionales, la salida de la Unión Europea por parte de Reino Unido se tensa hasta el punto en que podría volverse unilateral. El denominado por muchos como Brexit duro se vislumbra como una realidad después de que Bruselas recogiera con malestar y enfado las declaraciones amenazantes de la primera ministra Theresa May en los últimos días.
Y es que Reino Unido quiere irse de la Unión Europea sin pagar su deuda con la misma, que hasta esta semana se había estimado entre 25.000 y 73.000 millones de euros. Ha sido Sky News quien revelaba en exclusiva esta misma mañana que Michael Barnier, negociador designado para defender los intereses europeos frente al Brexit, habría conseguido fijar el precio final en 57.000 millones de euros ante una Alemania y Francia que exigían 70.000 millones.
La representante británica, por su parte, ha defendido que la cifra no alcanza los 30.000 millones de euros, y ha reiterado en sus declaraciones lo que considera una actitud revanchista e injustificada por parte de sus ya ex socios. También ha amenazado con invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que como bien recordaba el ex primer ministro francés Alexander Stubb esta misma semana en una entrevista de televisión: «Cuando se habla de invocar el famoso artículo 50 del Tratado de Lisboa, se está empujando a negociar sobre la base de unas 200.000 páginas de legislación«.
El Brexit «duro» más cerca que nunca
Con las cosas como están, una salida no pactada con los socios en 2019 está más cerca que nunca. Los efectos negativos sobre la economía y sociedad europeas pueden ser imprevisibles. Ya hemos presenciado el auge y los éxitos de una nueva forma de hacer política basada en la post-verdad. Donald Trump la personaliza en estados Unidos mientras la extrema derecha se dispara en las encuestas europeas. Esperemos no llegar a arrepentirnos de decisiones tomadas por los motivos equivocados, para acabar perjudicando siempre a los más débiles. No olvidemos que uno de los pilares fundamentales del apoyo al Brexit fue y es el rechazo masivo a la inmigración de origen musulmán y africano.